viernes, 17 de marzo de 2017

QUE SU SANTIDAD SE ENTERE.

Respuesta a la columna de opinión de Fernando Londoño: http://www.thaniavega.co/blog/digale-a-su-santidad-senor-nuncio/

Parto de que no tengo “vara” con usted señor Francisco, por lo que también pido que le hagan saber algunas cosas sobre el tal Fernando Londoño y lo que representa con sus golfillos, los cuales seguramente también recibirán sus bendiciones.

Que su santidad sepa que este país sigue siendo de inmensa mayoría católica, pero que como el granuja de Fernando Londoñp, llevan una doble vida de hipocresía, dicen una cosa pero actúan de manera distinta, y que no es cierto que esto hubiese cambiado porque algunos monseñores se dedicaron a la política y no al evangelio, es sabido que soterrada o abiertamente se han dedicado a ello. Que su Santidad sepa que la reclama de Fernando Londoño se debe a que hoy, muchos monseñores, la mayoría, le apuestan a la reconciliación y no al odio, y que eso le molesta al retrechero.

Armonizo con el granuja que su Santidad debe saber (lo sabe) que Colombia es víctima del narcotráfico, que los narcotraficantes asesinan, secuestran, extorsionan, desaparecen personas, reclutan menores, ect. (nada nuevo, finalmente son delincuentes); pero que su Santidad sepa que Fernando el hipócrita solo hace referencia a las Farc, y, que adrede cierra los ojos y guarda silencio ante las atrocidades de los grupos paramilitares con los que al parecer es afín ideológicamente (http://www.semana.com/nacion/articulo/la-polemica-columna-fernando-londono/341657-3).

Que su Santidad sepa que el golfillo desde la conveniencia solo cuestiona el accionar delictivo de un lado y no del otro, que para él son justificables las atrocidades cometidas por los paramilitares a lo largo y ancho de país, las cientos de violaciones realizadas por el reconocido paramilitar Hernán Giraldo conocido como el depredador de vírgenes, o que se jugara fútbol con las cabezas decapitadas de humildes campesinos, o que se alimentaran cocodrilos, perros a marranos con partes humanas, o que miles de colombianos terminaran alimentando peces en el Cauca o El Magdalena, la cremación para desaparecer víctimas, o el desplazamiento y destierro de millones de compatriotas.

Sí, que Francisco sepa que los bandidos de un lado como los del otro arrasan con todo a su paso, pero que también sepa que hay otros bandidos, políticos, empresarios y banqueros que también hacen lo mismo y peores cosas, promueven políticas injustas, explotan a la gente, hacen negocios sucios, lavan dinero y se roban el país.

Dice con envidia el tal Fernando, que Francisco se reunirá con narcotraficantes con “fabulosas” (me imagino que se le hizo agua la boca) fortunas escondidas en Europa, y puede que sí, pero también lo hará con ciudadanos de bien, interesados en que Colombia emprenda nuevos rumbos en esa aventura de la paz; esconde el tipejo en su palabrería lo que es y representa, injurioso, calumnioso, abusador de la moral pública y del patrimonio estatal, solo Dios sabrá qué más esconde este sujeto.

Que se entere su Santidad, que Fernando es un amoral que descalifica sin rubor el ofrecimiento de perdón de una guerrilla que en su momento fue victimaria de miles de compatriotas, pero que a diario se viste del mayor cinismo para señalar por lo que tanto calla, los más aberrantes actos de violencia del paramilitarismo.

Que sepa Francisco que ese aprendizaje del que se jacta el retrechero de nada le sirvió, pues poco sabe de perdón y de la satisfacción de la obra, pues es bien conocido que al Fernando le cuesta mucho devolver lo mal “logrado”. Y que sepa su Santidad que el señalamiento lapidario a uno de sus Cardenales (supongo es el de Cali) y a varios de sus obispos, corresponde a la rabia que sienten los mandamases cuando desde el púlpito se enarbolan las banderas de la paz, del perdón y la reconciliación, y no las banderas de la muerte que ya empiezan a extrañar; para ellos su Santidad, el “pastor” de la muerte es el modelo espiritual a seguir. Están felices.

Y que Francisco se entere y le quede claro, que, la única gentuza a los que el disimulado les hace apología en sus envenenadas columnas son las que “fundó” Fidel, no Castro sino Castaño; pues a párrafo seguido señala el bribón, que solo las minas quiebra patas son las que tanto daño hacen al inocente campesino, pero pasa la hoja impunemente a la hora de cuestionar los más de 120 campesinos sistemáticamente asesinados por defender lo propio y reclamar lo usurpado. Sí, que sepa Francisco que gentuza como Fernando Londoño son selectivos a la hora de condenar las atrocidades.

Con respecto a quien se va a encargar de organizar su visita, no se preocupe su eminencia, es más peligroso quien sabiendo las andanzas de un delincuente no las denuncia, seguramente no lo hace porque muchos de sus amigotes terminarían no untados sino encochinados, presos todos. Y en cuanto a que si el comunismo se volvió cristiano o que si los guerrillos odian la familia y la propiedad, son niñerías de quien señala con tanta ruindad, enemigos de la familia son quienes siembran miseria, desplazan, destierran y asesinan.

Señor Francisco, a estas alturas usted ya debió dar cuenta de la virulencia del emisario, de ese tal Fernando Londoño, a eso no le pare bolas, no es más que un esperpento rabioso y de la peor calaña, el mismísimo diablo. Santidad, venga a Colombia en la calidad que quiera, duélale a quien le duela, hable de paz abiertamente que es mejor que hablar de guerra, hable de amor abiertamente que es mejor que promover el odio y si también quiere hablar de la caridad, pues hágalo, a muchos les importa.

Otra cosa Santidad, si quiere bendecir al pueblo Venezolano hágalo tranquilamente, se lo merecen están pasando momentos espinosos; por Raúl Castro no se preocupe que el tipo ya está muerto, pero si desea hacer una oración por él, hágalo, y por los muertos que le cobran al difunto en nombre de los colombianos, pues ya qué, esa tragedia es otra que se suma a las tragedias de los paramilitares, tragedias que el golfillo y sus secuaces evitan mencionar, porque también son responsables, por cierto, dicen que son la mano negra.

Finalmente su Santidad, venga a Colombia, disfrútela, ore, ría, llore, tire discurso, que otro tanto millones de colombianos lo esperan.